"Enséñame, Señor, tu camino, para
que siga tu verdad" (Salmo 86)
Hoy te pido que me guíes, Señor. Me
encuentro a veces tan confuso, tan perplejo, cuando tengo que decidir y dejar
al lado una opción para tomar otra. He comprendido al fin que es mi falta de
contacto contigo lo que me hace perder claridad y sobre todo cuando tengo que
tomar decisiones en la vida. Pido la gracia de sentirme cerca de ti para ver
con tu luz y fortalecerme con tu energía cuando llega el momento de tomar las
decisiones que marcan mi paso por el mundo.
A veces son factores externos los
que me confunden: qué dirá la gente, qué pensarán, qué resultará... y luego,
todo ese conjunto de ambiente, atmósfera, prejuicios, modas, críticas y
costumbres. No sé definirme, y me resulta imposible ver lo que realmente
quiero, decirlo y hacerlo. Te ruego, Señor, que limpies y me ayudes a limpiar el aire que me rodea
para que yo pueda ver claro y andar derecho.
Y más adentro, es la confusión
interna que siento, los miedos, los apegos, la falla de libertad, la nube de
egoísmo. Allí es donde necesito especialmente tu presencia y tu auxilio, Señor.
Libérame de todos los complejos que me impiden ver claro y elegir lo que
debería elegir. Dame equilibrio, dame sabiduría, dame paz. Calma mis pasiones y
doma mis instintos, para que llegue a ser juez imparcial en mi propia causa y
escoja el camino verdadero sin desviaciones.
Señor, guíame en las decisiones
importantes de mi vida y en las opciones pasajeras que componen el día y que,
paso a paso, van marcando la dirección en la que se mueve mi vida, Entréname en
las decisiones sencillas para que cobre confianza cuando lleguen las difíciles.
Guía cada uno de mis pasos para que el caminar sea recto y me lleve en
definitiva a donde tú quieres llevarme. Amén.