Carta a la juventud

Queridos jóvenes, después de caminar un poco, he pensado en una de las etapas más importantes del don de la vida: la juventud. Etapa marcada por muchas incomprensiones, dudas, ideales, sueños y esperanzas. Etapa muy breve e irrepetible que supone una vivencia con intensidad, entrega, creatividad y audacia.
Por ello, deseo revelar y compartir contigo los “pequeños detalles” y “perlas de sabiduría” que he ido descubriendo  a lo largo de mi vida. Parecen consejos, pero son principios de sabiduría que te regalo, por si quieres hacerlos tuyos. Cada uno es un pequeño tesoro. Piénsalos un poco y si decides vivirlos, experimentarás que tu vida aumenta, se ensancha, crece.
TIENES SÓLO UNA VIDA, LA TUYA, TÓMALA EN TUS MANOS Y VÍVELA...
Sé feliz con la vida que tienes y, aunque no sea la mejor, es tuya. No te lamentes de lo que careces. Piensa, más bien, en lo que eres y puedes hacer.
Es bueno que siempre reflexiones un poco antes de actuar; pero no te quedes sólo en pensar, o no llegarás a ningún lado. Y cuando hayas decidido algo, pon manos a la obra y adelante.
Ten presente que elegir es siempre renunciar y esto depende sólo de ti, no de la aprobación de tus amigos. Comentarios, críticas y oposición siempre tendrás; esto, elijas lo que elijas.
Sólo vas a ser en tu vida lo que realmente quieras ser y en la medida en que trabajes por conseguirlo. No tengas nunca miedo. A vivir se aprende viviendo.
EL FIN DE TU VIDA ES SER FELIZ, NO SER MÁS O LLEGAR EL PRIMERO...
No te compares con nadie. Todos somos distintos y cada uno tenemos nuestro propio valor. Trabaja por llegar a ser lo que quieres y mira con orgullo lo que ya has conseguido.
Paso a paso, se llega lejos. No te importe ir despacio, lo importante es llegar. Pero ten en cuenta que no todos los caminos llevan a la felicidad. Sospecha de los atajos que prometen rápidamente llevarte a ella. La droga, el alcohol, la pornografía, la mentira... son algunos caminos cerrados.
Nada grande se consigue sin esfuerzo; pero no olvides que la felicidad no está en hacer algo grande o hermoso; sino en hacer grande o hermoso lo que estás haciendo en este mismo momento.
CUALQUIERA QUE SEA TU PROBLEMA, NO TE DESANIMES, TÚ PUEDES...
Quizá las personas con las que convives o el ambiente que te rodea no sean los mejores; pero seguro que tú puedes cambiarlos. Comienza por ver lo bueno que todos tenemos y no te desanimes por nada.
El que algo no sea bueno del todo, no quiere decir que sea malo. Nunca juzgues por las apariencias. Nadie, fuera de Dios, conoce lo que esconde el corazón de cada persona.
Los juicios y opiniones precipitadas anularán tus buenos propósitos. La curiosidad, la apertura y la acción te permitirán crecer. Lo bueno y lo verdadero son simples y claros. El mal, en cambio, en todas sus formas, es complicado y retorcido.
APRENDE A SER FELIZ CON LO QUE TIENES...
Sé feliz con poco; pero aprovecha todo lo que tienes, es tu mejor herencia. Tu vida apenas ha comenzado y puedes ser lo que te propongas. Mucho te van a servir la honestidad y sencillez para reconocer tus valores, tus capacidades y los límites que tienes.
Mira a los otros como compañeros y amigos en el camino de la vida. No los utilices para tus fines; al contrario ayúdalos y participa con ellos en la vida que a todos se nos dio gratuitamente.
No pongas tu preocupación en hacerte rico o poderoso; sino en aquello que sabes que puedes realizar.      
ERES RESPONSABLE DE TI Y DE LO QUE HACES...
Tus emociones, tus decisiones, tus acciones dependen de ti, sólo de ti. No culpes a otros de lo que hagas o dejes de realizar. Aprende a asumir compromisos y trabajos, y cumple fielmente lo que prometiste.         
Sé siempre dueño de ti mismo; pero ten en cuenta los consejos de los demás. Y luego, obra según lo que es mejor; aunque no sea lo que más te agrada. No debes olvidar que el bien y el mal existen y tienes, para distinguirlos, una conciencia. Hazla caso siempre, ante ella debes responder.
ESTAS APRENDIENDO A VIVIR Y ESTO SIGNIFICA CORRER RIESGOS...
Con frecuencia te equivocarás. Todos nos equivocamos y más veces de las que reconocemos. Los errores, vistos como enseñanza, son lección para el futuro.
Ten en cuenta que sólo se aprende a andar cayéndose muchas veces y levantándose otras tantas. No tengas miedo a lo nuevo o a lo desconocido. Aprende a crecer corriendo riesgos razonables.
Sé libre de verdad. No te refugies en costumbres o rutinas que secan el alma. Tampoco confíes en modas que limitan la libertad uniformando el pensar, sentir y vivir.
VIVIR BIEN PUEDE SER DIFÍCIL, NO TE ENGAÑES...
La vida no es un cuento rosa y el final puede no ser feliz. Momentos de angustia, depresión y extravío, tendrás con frecuencia. A veces, incluso, te asaltarán dudas y ganas de abandonarte y dejarlo todo y a todos. No aflojes y aún arrastras, sigue adelante.
Dificultades nunca te faltarán en la vida. Nadie te pide que no las tengas, ni siquiera que las venzas. Se te pide, eso sí, que luches por superarlas, aunque aparentemente no puedas. Querer, es siempre poder.
RECUERDA QUE NO ESTÁS SOLO EN LA LUCHA DE LA VIDA...
A tu lado hay muchas personas dispuestas a ayudarte. Si no lo han hecho, quizá, es porque no se lo has pedido. Confía en los demás. Confíate a los demás. Se humilde y no cierres tu corazón porque alguien te lastimó cerrándote el suyo.
Cuando más felices somos es en los momentos en que dialogamos y compartimos confidencias; incluso con aquellos que no las merecen. Déjate ayudar y ayuda en lo que puedas, aunque no te lo pidan.
Recuerda siempre estás palabras de Jesús: “Es más feliz el que da que el que recibe”. Amigo, da y sobre todo date tu mismo, esta es tu gran riqueza.
Si te cansé, con estas “perlas de sabiduría”, perdona. Yo las he ido descubriendo a lo largo de mi vida y generalmente he tenido que pagar por ellas un alto precio en dolor que quisiera evitarte. Han quedado más cosas en mi corazón.