No renuncies aunque todo alrededor te empuje a ello.
No
dejes el camino a medio andar, la barca a la deriva.
No pierdas la oportunidad
de completar la palabra de tu vida, ese verbo bendito que ha sido pronunciado
sobre ti y espera ser realizado.
No claudiques en ese bien que has comenzado.
Ten el
coraje de arriesgarte, el empuje para llegar hasta el final.
Abre tus ojos al momento que tienes delante para
vivirlo a plenitud.
Abrazarte a la vida con todo el ardor que se merece.
Deja caer el egoísmo que te ciega, la desesperanza que
agota tus fuerzas.
Escucha el palpitar de tus ímpetus y dialoga con
ellos.
Aprende a reconocer en ti mismo la eternidad que te sostiene y que debes
descubrir.
Entrégate al inmenso amor de Dios.
Descúbrete como
hijo suyo y heredero de su reino, recibe su abrazo de Padre y siéntate a su
mesa. Aliméntate del pan de su amor continuo amasado con manos humanas.
Acoge el designio de vida y libertad que Él te ofrece.
Canta agradecido a su presencia por cada oportunidad que tienes de amar, es
decir, de ser tu mismo.
No renuncies, no des tregua a la vida.
No pierdas la
oportunidad de darle su pleno sentido ahora mismo.
``Nunca
pero nunca renuncies a ser tu mismo por encajar en un grupo´´