Nacemos para encontrarnos: porque sus padres se encontraron, ustedes están aquí.
Por eso mi abuela decía: "No entiendo, hay mujeres que cuidan la virginidad como si fuesen las únicas que la tienen, creen que cuanto más tiempo la guardan, más se cotiza. Si te lo dieron para compartir....
La mujer es una gentileza que Dios tuvo con los hombres, y los hombres son una gentileza que Dios tuvo con las mujeres". "Decir que no -decía la vieja- a una propuesta de amor, es decirle que no a Dios que es el mismísimo amor, y yo soy una mujer creyente y respetuosa del Señor".
La vida es el arte del encuentro, encontrarnos para confirmar la gran noticia que trajo Jesús: Uno sólo es el Padre, por lo tanto somos todos hermanos. Yo sé que hay hermanos jodidos, pero son hermanos. Es jodido ser hermano de Pinochet, pero es un hermano jodido. Pero es un hermano.
Somos hijos del Amor, por eso nos equivocamos cuando decimos que hacemos el amor. No hacemos el Amor, el Amor nos hizo, y nos va modelando día por día. El Amor nos trajo, por eso fuera de la felicidad son todos pretextos. Y la felicidad no es un derecho, es un deber; porque si no eres feliz estás jodiendo a todo el barrio.
Hay tantas cosas para gozar y nuestro paso por la tierra es tan corto, que sufrir es una pérdida de tiempo. Hay para gozar la maravillosa Tierra del Fuego en Argentina, el cóndor que la sobrevuela, la Cordillera, los conejos negros en la nieve, el chocolate de la Peruggia, todo Brahms, todo Mozart, todo Mahler, Debussy, Poe, Hugo, María Félix hace cincuenta años, o Jane Fonda hace veinticinco años, o Thalía ahora mismo, ¡¡¡YA!!!
Hay tantas cosas para gozar
y nuestro paso por la tierra es tan corto,
que sufrir es una pérdida de tiempo.
(Facundo Cabral. 26/10/2007)