La fe en Jesús Resucitado

Ante la insistencia y pregunta recurrente de los buenos amigos lectores seguidores, he decido publicar esta reflexión esperando responder y colmar sus inquietudes sintetizadas en  ¿qué significa creer en Jesús Resucitado y cómo vivirlo hoy?


No nace de modo natural y espontáneo, sino sólo en aquel que lo busca, en aquel que se siente vacío y necesitado de amor.  María Magdalena, prototipo de creyente y discípulo, busca al crucificado en medio de las tinieblas, en el sepulcro. No puede olvidar al Maestro que lo acogió con amor como discípula. Ese recuerdo de amor lo impulsa a buscar en el sepulcro donde ya no está Jesús. “No está aquí. Ha resucitado” le dijo el ángel. Tú, ¿buscas al Resucitado y dónde lo buscas?



No nace tampoco, hoy en nosotros, de modo espontáneo ni por las catequesis que recibiste. Es necesario hacer tu propio recorrido y búsqueda: No tienes que inventar el recorrido, sino recorrer el camino trazado por Jesús. Ese recorrido lo hace cada uno, nadie lo hará por ti si no quieres. Y la búsqueda tiene que ser sincera, constante y cargada de mucha pasión y amor. Ningún recorrido más que la de Jesús te dará la auténtica vida, alegría y esperanza. ¿Recorres el camino de Jesús? ¿dónde esta la prueba de que recorres el camino del Crucificado y no otro?



No nace en una religión muerta y reducida solo al cumplimiento de normas superfluas, sino donde se vive según el espíritu de Jesús, donde se vive y se práctica los gestos misericordiosos del Maestro: acogida con amor, servicio desinteresado, perdón sin límites, libertad sin esclavitud y opresión. ¿Vives según el espíritu de Jesús? Los que acuden a ti ¿sienten y encuentran al verdadero discípulo de Jesús?



No nace entre cristianos divididos y enfrentados ni entre creyentes hipócritas y mundanos, sino en aquellas comunidades que construyen todo a partir de Jesús, donde cada uno pone lo mejor de sí, donde se ama y se defiende la vida de todos, donde se busca el bienestar, la felicidad y la salvación de todos. ¿Tu vida es causa de salvación o de muerte? 



La resurrección de Jesús no es un hecho humano, sino divino. Sólo Dios sabe el cómo de la resurrección, nadie estuvo presente en el momento en que Dios resucitó a su Hijo. Dios presentó, a las mujeres y los discípulos, a su Hijo ya resucitado y con cuerpo glorioso. De allí que creer en la Resurrección del crucificado no es solo mirar el pasado como hecho histórico, sino creer que el amor es más que el odio, que la vida triunfa silenciosamente sobre la muerte, que la luz brilla dando seguridad, confianza y esperanza en medio de la oscuridad y tiniebla, que Dios tiene la última y definitiva palabra frente a la injusticia y la atrocidad humana. 


Creer en la  resurrección es creer en la solidaridad y en el amor, en el perdón y la misericordia, en la fraternidad y la igualdad. Es gritar al mundo entero que la maldad, la violencia la guerra y la muerte serán vencidas, que la opresión de los poderosos sobre los débiles cesará y acabará. La victoria y el triunfo de los poderosos serán breves y efímeros. 


Creer en la resurrección es creer en la vida, es apostar por la vida, es defender  la vida, es ser enamorado y sembrador de la vida, de la verdad, de la justicia. Es sentir el latir del corazón en cada vida humana y natural. Es ponerse al lado del que muere abandonado, es ayudar y reanimar a tanta gente sumida en el fracaso y en el pecado. La resurrección es el triunfo de la vida y del amor. 



¡Feliz Pascua de Resurrección. Aleluya!