NO ENCIERRES EL AMOR

Érase una vez un pájaro, adornado, con un par de alas perfectas y plumas relucientes, coloridas y maravillosas. En fin, un animal hecho para volar libre e independiente, para alegrar a quien lo observarse. Un día, una mujer lo vio y se enamoro de él. Se quedó mirando su vuelo con la boca abierta de admiración, con el corazón latindole de prisa, con los ojos brillantes de emoción. Lo invitó a volar con ella, y los dos viajaron por el cielo con completa armonía. Ella admiraba, veneraba, adoraba al pájaro.

Pero entonces pensó: Tal vez quiera conocer unas montañas distantes!! Y la mujer tuvo miedo. Miedo de no volver a sentir nunca más aquello con otro pájaro. Y sintió envidia de la capacidad de volar del pájaro. Y se sintió sola. Y pensó: Voy a poner una trampa. La próxima vez que el pájaro venga, no volverá a marcharse.

El pájaro, que también estaba enamorado, volvió al dia siguiente, cayó en la trampa y fue encerrado en la jaula.
Todos los días ella miraba al pájaro. Ahí estaba el objeto de su pasión, y se lo enseñaba a sus amigas, que comentaban: "eres una persona que lo tiene todo". Sin embargo, empezó a producirse una extraña transformación: como tenía al pájaro, ya no tenía que conquistarlo, fue perdiendo el interés. El pájaro, sin poder volar ni expresar el sentido de su vida, se fue consumiendo, perdiendo el brillo, se puso feo y ella ya no le prestaba atención, excepto para alimentarlo y limpiar la jaula.

MORALEJA
El verdadero amor no es posesivo, no exige nada, sino que se entrega sin condición, sin razón, (se ama, porque se ama, no porque haya una razón para amar) y libremente. "La verdadera libertad consiste en tener lo más importante del mundo sin poseerlo". "El amor no está en la otra persona, sino dentro de nosotros mismos y necesitamos del otro para que despierte".

Uno entrega su amor libremente a otra persona, pero no con el fin de poseerlo, pues no somos, su esclavo o su amo, o un objeto que se pueda comprar, usar y tirar. Somos seres con una capacidad enorme de amar y de manifestar amor hacia los demás, sin esperar nada. El que da debe de ser capaz de recibir.