Del Reino no se excluye

EVANGELIO

38 Le dijo Juan:
- Maestro, hemos visto a uno que expulsaba demonios invocando tu nombre y hemos intentado impedírselo, porque no nos seguía a nosotros.
39 Pero Jesús le replicó:
- No se lo impidáis, pues nadie que actúa con fuerza como si fuera yo mismo puede al momento maldecir de mí. 40 O sea, que quien no está contra nosotros está a favor nuestro.
41 Así pues, quien os dé a beber un vaso de agua por razón de que sois del Mesías, no quedará sin recompensa, os lo aseguro; 42 pero a quien escandalizare a uno de estos pequeños que me dan su adhesión, más le valdría que le encajaran en el cuello una rueda de molino y lo arrojasen al mar.
43 En consecuencia, si te pone en peligro tu mano, córtatela; más te vale entrar manco en la vida que no ir con las dos manos al quemadero, al fuego inextinguible. 45 Y si tu pie te pone en peligro, córtatelo; más te vale entrar en la vida cojo que no con los dos pies ser arrojado al quemadero. 47 Y si tu ojo te pone en peligro, sácatelo; más te vale entrar tuerto en el Reino de Dios que no ser arrojado con los dos ojos al quemadero, 48 donde su gusano no muere y el fuego no se apaga (Is 66,24).


COMENTARIO: 

"El que no está contra nosotros está a favor nuestro" 
(Mc. 9,40) 
La frase quiere decir, que del Reino no se excluye a nadie. Todos están invitados. Todo el que sinceramente busca el bien del hombre, está a favor del Reino de Dios que predica Jesús, aunque no lo conozca. Solo queda fuera el que rechaza al hombre.

La posesión diabólica era el paradigma de toda opresión. Expulsar demonios era el paradigma de toda liberación. En contra de todos los movimientos religiosos de la época, saduceos, fariseos, Qumrán, etc., Jesús anuncia un Dios que es amor y que no excluye a nadie, ni siquiera a los pecadores.

Pretender la exclusividad de su Dios, ha hecho polvo las mejores iniciativas religiosas de todos los tiempos. Considerar absoluta cualquier idea de Dios como si fuera definitiva, es la mejor manera de entrar en el fanatismo y en la intransigencia. Monopolizar a Dios es negarlo. Poner límites a su amor es ridiculizarlo.

Nuestra religión ha ido más lejos que ninguna otra en esa pretensión de verdades absolutas. Recordad: "fuera de la Iglesia no hay salvación". Fuera de la Iglesia hay salvación, y a veces, más que dentro de ella.

Al relatar un episodio parecido, porque no los recibieron al pasar por Samaría, un discípulo le pide a Jesús que mande bajar fuego del cielo para que les destruya. Jesús se limitó a decir: no sabéis de qué espíritu sois. Después de dos mil años seguimos sin enterarnos del espíritu de Jesús. Seguimos pretendiendo defender a Dios, sin darnos cuenta de que estamos defendiendo nuestros intereses más rastreros.

No se trata simplemente de tolerar lo malo que hay en los otros. Se trata de apreciar todo lo que hay en los demás de bueno, de noble. Pero nosotros como los discípulos de antaño seguimos esgrimiendo diciendo "él no es de los nuestros". Todo aquel que se atreve a disentir, todo el que piense o actúe de modo diferente sigue siendo excluido. Incluso arremetemos contra todo el que se atreve a pensar.

Tenemos que decirlo con toda claridad. Para los seres humanos ha sido mucho más nefasta la idolatría teísta que el ateísmo. Las mayores barbaridades de la historia se han cometido en nombre de Dios. Es ídolo un dios que premia a los buenos y castiga a los malos, lo mismo que hace el mayor de los tiranos. Claro que ese dios nos tranquiliza, porque si él hace eso, está más que justificado que nosotros hagamos lo mismo.

El espíritu de Jesús va mucho más allá de lo que abarca el cristianismo oficial. Se ha acuñado una frase últimamente: "patrimonio de la humanidad", que se podría aplicar a Jesús sin restricción alguna: Cristo no es de la Iglesia ni de los cristianos. En realidad, el mensaje de Jesús no se puede encerrar en ninguna iglesia o congregación o movimiento religioso. Jesús intentó que todas las religiones, incluida la suya, descubriesen que el único objetivo de todas ellas es hacer seres cada vez más humanos. Cualquier religión que no tenga esa meta es simplemente falsa.

Que en el evangelio de Marcos la causa de Jesús no coincida con la causa del grupo de los doce es un toque de atención para los cristianos de todos los tiempos. Jesús no es monopolio de nadie ni propiedad de nadie. Todo el que está a favor del hombre está con él. Todo el que trabaja por la justicia, por la paz, por la libertad, es cristiano. Nada de lo que hace a los hombres más humanos debe ser ajeno a un seguidor de Jesús. Es inquietante que todas las grandes religiones monoteístas hayan sido causa divisiones y guerras.

Ha llegado el momento de cambiar los parámetros de pertenencia. Debemos olvidar si "tenemos papeles" de cristianos o de budistas o de mahometanos, y valorar si de verdad luchamos por el bien de todo ser humano. Los jóvenes de hoy van en esta dirección, por eso critican y se apartan de nuestra religión. No están de acuerdo con ese cristianismo formal que a nada nos obliga y que lo único que aporta son falsas seguridades.

El que escandalice a uno de estos pequeños... Pequeño no significa niño, sino el que tiene todavía una fe incipiente y no está consolidado en ella. La Vulgata lo traduce por "pusillis" de donde proviene nuestra palabra "pusilánime". Significaría aquí todo el que aún no ha llegado a una fe adulta.

Tampoco se trata de un escándalo por discrepancias doctrinales. A Jesús le importan única y exclusivamente los hechos. Entre los primeros cristianos, la manera de interpretar a Jesús fue muy diversa, pero les unía a todos una misma praxis. La manera de vivir es lo que de verdad importa.

Si tu mano te hace caer... Son frases construidas al estilo semítico, por contraste. No debemos entenderlas al pie de la letra. La mano o el ojo o el pie no te pueden hacer caer nunca. Se trata de advertir sobre la importancia del seguimiento y la relatividad de todo lo demás. Se pretende cambiar la común escala de valores por otra de acuerdo con nuestro verdadero ser.

La mano, el pie, el ojo, son indispensables para la acción humana. Pues hasta lo más indispensable tiene que estar al servicio de lo fundamental: el bien del hombre.

NOTA: Este comentario es extraído de la reflexión de Fr. Marcos.